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Catedral de Sevilla

Sevilla

«Hagamos una iglesia tan hermosa y tan grandiosa que los que la vieren labrada nos tengan por locos…»

Edificada bajo la advocación de Santa María de la Sede a partir de 1401, la catedral de Sevilla tiene su origen histórico en la transformación al culto cristiano de la antigua mezquita Mayor de Isbiliya (la Sevilla musulmana), en uso durante ciento cincuenta años desde la toma de la ciudad en 1248 por los ejércitos cristianos de Fernando III el Santo. En 1403, ante su mal estado de conservación, el Cabildo decide acometer las obras de una nueva catedral, que se convirtió en la catedral gótica más grande y en el tercer templo de la cristiandad por su tamaño. Durante el transcurso de los siglos y gracias a las donaciones, legados testamentarios, encargos y obras procedentes de los conventos desamortizados, la catedral de Sevilla ha atesorado piezas maestras del arte español y una importante colección de pintura y escultura de la Escuela Sevillana del Siglo de Oro (siglo XVII). Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987 y en 2010 Bien de Valor Universal Excepcional.

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